¿Sistema natural de la música? (II)

GOTZON ARRIZABALAGA 26.11.2019

Música en la naturaleza

En la naturaleza hay pulsos, no hay ritmos, y si los hay es por azar. En el ser humano el ritmo es algo esencial porque viene con el cantar, con las sílabas y las palabras. En la naturaleza difícilmente se producen vibraciones periódicas. En el ritmo el espacio no cuenta para nada, es una cuestión de experiencia temporal, es un negocio de la mente que se cuenta a sí misma y que es capaz de contar veces. La naturaleza, animales incluídos, no tiene esta capacidad. 

Altura y series de duración las encontramos por doquier en la naturaleza, distinguirlas ahora de las que produce el hombre no viene al caso, pero si es necesario subrayar que las alturas que encontramos en la naturaleza y que podríamos llamar por ello naturales raramente llegan a una definición lo suficientemente determinada para ser llamadas notas. Lo que nos caracteriza a los seres humanos de los animales es que los seres humanos oímos notas, los animales no. El mismo sonido oído por un humano es una nota o va a intentar inscribir esa altura en un sistema armónico. El ser humano siempre tiene una referencia armónica, no hay altura pura para el ser humano, hay notas.

Se pueden oír cosas que nos parecen ritmos en la naturaleza como por ejemplo las gotas que caen de un grifo o las olas del mar, pero yo no acabo de convencerme de que las olas produzcan un ritmo ni de que lo hagas las gotas del agua. En todos estos casos hay una sucesión de pautas rítmicas en la naturaleza o modelos de sucesión de un contínuo y una especie de métrica o pulsación-latido.

Todas ellas tienen el aire de ser o bien producciones demasiado mecánicas y que por tanto se impone la sensación de un subir contínuo o demasiado caóticas para mantener la regularidad que evidentemente ha de poseer la producción rítmica – demasiado exacto por un lado y demasiado irregular por el otro-. 

Mi tesis es de que no hace falta el sonido para crear un sonido de música y que basta con una réplica para que el ser humano pueda ser considerado un ser musical y pienso que para que haya una réplica no es necesario el fenómeno físico. Existe una metafísica, no es necesario dicho fenómeno físico para que haya un concepto de música.  

Dice Agustín García Calvo acerca del ritmo:

“Han de cumplirse dos condiciones para que el oído humano pueda percibir ritmos: por un lado ha de distinguir entre producciones largas y cortas de marcas temporales, lo duradero y lo efímero, lo más largo y lo más corto. Históricamente estas diferencias rítmicas han producido todas las poesías de todos los pueblos y sirvió, por ejemplo, en la antigua Grecia para establecimiento de las distintas métricas. En segundo lugar la percepción del ritmo exige la diferenciación entre tiempo fuerte y débil, esta diferencia viene producida por el golpe o apoyo dado por la mente humana a ciertos momentos temporales que lo distinguen de otros que quedan percibidos así como débiles. Los acentos de las lenguas habrán servido seguramente de primer modelo de esta diferenciación o bien son productos de la misma. En el caso de que estas condiciones no se cumplan, el oído humano no está en presencia de un ritmo sino de un contínuo o de algo arrítmico. En el caso de una acentuación igual en todos los momentos marcados del tiempo, el hiato silencio entre ambos funcionará como momento débil. Pues el ritmo entonces, hemos de preguntarnos, ¿Lo producimos o lo percibimos? ¿Está ahí, configurándola, como se dice objetivamente, la sucesión sonora o temporal misma o bien se lo inventan nuestros oídos o las preconcepciones racionales que por la continuidad a nuestros sentidos les están impuestas? 

¿Qué especie de instinto es ese que hace que en el trabajo, en el baile, en la música y en el lenguaje métrico producir retornos tan preciosos y quasi matemáticos que a su vez dividan el movimiento música y discurso en partes iguales o proporciones según razón y nos hagan así, no solo articularlo con tanta precisión, contarlo y contándolo, medirlo?»


Bibliografía

  • GARCÍA CALVO, Agustín. Del ritmo del lenguaje. en «Hablando de lo que habla», Lucina 1989.

Podcast de la conferencia completa:


 

Imagen: Pieza del escultor Miguel Ortíz Berrocal (Museo Berrocal).

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