VÍCTOR GÓMEZ PIN
La diversidad de la música se traduce no sólo espacialmente sino temporalmente: además de una geografía, la música, como todo hecho cultural, tiene una historia. Pero también el concepto general de naturaleza y el particular de naturaleza humana tienen una historia. Esto ha de tener una consecuencia en la concepción del hecho musical. Hay general acuerdo en que no hay comunidad humana sin música. Pero esta correlación entre música y humanidad tiene una significación diferente si se la asocia al rasgo singular del lenguaje o a características que compartimos con otros animales.
La música es riquísima en matices, hasta el punto de que una de las obsesiones de este seminario ha sido la de encontrar un concepto suficientemente genérico y a la vez suficientemente distintivo que pudiera abarcar todas las modalidades de lo que designamos con la palabra “música”. Diversidad de la música que se traduce no sólo espacialmente sino temporalmente: además de una geografía, la música, como todo hecho cultural, tiene una historia
Pero, aunque parezca menos evidente, también la naturaleza tiene una historia, que se despliega incluso en el seno de una civilización determinada: poco hay en común entre la visión de la naturaleza que subyace en la poesía de Hesiodo u Homero y la naturaleza sometida a una estricta necesidad que nos presentan los primeros filósofos jónicos. Obviamente el abismo se agiganta cuando la teoría de la relatividad hace desaparecer el espacio y el tiempo como marco del orden natural, y sobre todo cuando la física cuántica pone en tela de juicio que la naturaleza se rija por ciertos principios que, de Tales de Mileto a Einstein, se creían inherentes al orden natural.
La naturaleza humana no es ajena a esta evolución. El hombre, el animal que reflexiona sobre su propia condición, va privilegiando unos y otros aspectos. Una poderosa corriente ideológica de nuestro tiempo tiende a enfatizar el peso de lo que nos une a otras especies animales, y aun nuestra inserción en la contigüidad de la vida, a expensas de nuestra singularidad; si se quiere: pone el acento en nuestra animalidad más bien que en nuestra humanidad.
Esto ha de tener una consecuencia en la concepción del hecho musical. Hay general acuerdo en que no hay comunidad humana sin música. Pero esta correlación entre música y humanidad tiene una significación diferente si se la asocia al rasgo singular del lenguaje o a características que compartimos con otros animales.
* “El Concepto de Música como función de las concepciones del entorno natural y de la naturaleza humana” será el tema central de la conferencia que ofrecerá Víctor Gómez Pin durante el XVI Encuentro Música-Filosofía celebrado en Ronda el 3, 4 y 5 de Julio de 2019.
(Barcelona, 1944) Catedrático de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona, y antes de la Universidad del País Vasco. Premios Anagrama y Espasa de Ensayo, entre otros. Ha sido profesor en la Venice International University (Venecia). Premio Internacional del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti 2009.