NATALIA VEGAS
Acercamos el concepto de artesanía como
conjunto de conocimientos propios del especialista a diferencia de un arte actual sin utilidad en sí mismo, para distinguir lo tecnológico de lo técnico en arte. La posición de superioridad de lo tecnológico frente a lo técnico se revela en su búsqueda de fines, ya sean éstos materiales, ejemplificados en las tecnologías duras, o inmateriales, asumidos en el concepto de tecnologías blandas. La deriva hacia la tecnologización de los dispositivos, ayuda a acercar el peligro de la defensa del producto inmaterial del arte como alineación con el discurso de la sociedad del capitalismo cognitivo.
CONFRONTACIONES BLANDO/ DURO Y POSICIÓN DEL ARTE
De un tiempo a esta parte se llevan relacionando algunos conceptos un tanto polémicos como las tecnologías blandas con las artes —acaso por la desmaterialización que ha sufrido el arte en los últimos siglos— haciendo resurgir ciertas dualidades que parecían olvidadas en el campo de las bellas artes. La relación que se establece entre las tecnologías blandas, también llamadas tecnologías sociales —por tratar con interacciones humanas y protocolos sociales— y las bellas artes como trabajos ambos cuyo objeto es social, podría deberse a nuestra tendencia hacia un pensamiento dualista que mantiene abiertos debates como el que distingue las ciencias de las humanidades (el debate de las dos culturas). De este modo las tecnologías blandas, en firme oposición a las tecnologías duras, estarían relacionadas con las ciencias blandas, en las cuales se cuestiona la rigurosidad y exactitud de las mismas al no utilizar procedimientos cuantificables, objetivables y capaces de producir predicciones. Esto llevaría a organizar en un principio en el bando de las ciencias duras a las naturales y físicas y en el de las blandas a las sociales y humanas, olvidando que este debate del “yo más” (yo más objetivo que tú, yo más exacto) también podría desplazar a unas ciencias duras como menos exactas que otras de su misma categoría. Esta cuestión es manifestada continuamente por el personaje de ficción Sheldon Cooper en la serie de televisión americana The Big Bang Theory, el cual dedicándose a la física teórica desprecia como menores al resto de ciencias como la biología, la geología o la ingeniería: “Ingeniería…donde los trabajadores semicualificados llevan a cabo el trabajo de los que piensan y sueñan” (Lorre, Molaro & Prady 2008)1.
Juan Luis Moraza (2012) distingue cuatro tipos de “ciencia” en la historia del conocimiento humano como son:
(a) ARS; La «ciencia», indiscernible de «arte», identificó en primer lugar un «saber hacer», una sapientia asociada a un «saber» en el que no existe diferencia entre la experiencia sensible y el conocimiento inteligible. (b) LOGOS; La ciencia entendida como sistema ordenado de proposiciones derivadas de principios. (c) TECHNOS; Las ciencias positivas o experimentales. (d) ANTHROPOLOGOS. Las ciencias humanas, que toman a los sujetos como su objeto. Lasuperposición progresiva de estas cuatro modalidades de «cien-cia», —ajustada cada vez a la «centralidad y superioridad» tecno-lógica (b,c)—, aplicadas incluso sobre las ciencias humanas (d), conducen a la noción de «conocimiento» en las «sociedades delconocimiento».
Esta superioridad de lo tecnológico remite a la acepción de “arte” como técnica especializada utilizada durante los siglos XIX y XX —y que posteriormente pasa a llamarse industria técnica— que es descrita en el Diccionario Akalde Estética con tres características: el empleo de procedimientos reglados, la necesidad de conocimientos propios y la relación con obras concretas. Esta acepción sobrevive en la traducción anglosajona del concepto de tecnología punta que se traduce como state-of-the-art-technology. El concepto de “art” en esta traducción remite al useful art, esto es, a las herramientas y métodos útiles en la práctica de la artesanía, una artesanía que en la época victoriana se usaba como antónimo de las bellas artes y de las artes performativas. Así, encontramos en la artesanía un antecedente de la tecnología como desarrollomáximo de las artes útiles, en relación con la idea de progreso que defiendenlas ciencias aplicadas y las ciencias naturales. ¿Es entonces el arte actual (arte de las bellas artes) —a diferencia de esta artesanía ya casi extinta y relegada al pasatiempo, el folclore o las terapias creativas— un arte inútil, un arte sin función?, y de tenerla ¿cuál sería la función del arte contemporáneo? Como diría Nicolas Bourriaud “una obra de arte no tiene ninguna función útil a priori, no porque sea socialmente inútil, sino por estar disponible, flexible, ‘con proyección al infinito’” (Bourriaud [1998] 2008).
ARTE TECNIFICADO
Cuando se relacionan las tecnologías sociales con las bellas artes queda- mos bloqueados en el concepto de tecnología, preguntándonos si es posible relacionar —y cómo— la tecnología con la práctica artística. Ciertamente, si asumimos la definición de tecnología como conjunto de conocimientos propios de un oficio científicamente ordenados, nos alejamos del saber propio del arte, un saber de saberes que escapa siempre de cualquier posible ordenación y catalogación —y en lo que creemos radica uno de sus mayores potenciales.Continuando con las definiciones de tecnología, aparecen nuevamente los conceptos de utilidad, cuando se describe como un conjunto de herramientas útiles para un ahorro de tiempo y trabajo, así como el de finalidad, al definirse como métodos y/o procesos dirigidos a cumplir unos objetivos. De modo que volvemos a ver al arte alejado de esta descripción como útil o con una finalidad de cumplir objetivos.
Es en este punto donde vemos conveniente distinguir entre técnica y tecnología en arte, posicionándonos en que el arte es técnica, supone el desarrollo de una técnica propia y su constante reformulación, pero no tecnología; ya que esa misma necesidad técnica de la constante puesta en cuestión de su técnica, hace improductivo una conjunción de su conocimiento.
Regresando a las definiciones, descubrimos en la distinción entre técnica y tecnología algo que remite de nuevo a esa actualidad de la superioridad tecnológica que mencionaba Moraza, así como a relacionar con ello el distanciamiento de unas artes aplicadas y unas artes estéticas. La técnica sedefine como el conjunto de procedimientos de que se sirve una ciencia, arteo habilidad, como acción y método de ejecución. De modo que la historia del progreso humano, es también una historia de la técnica. Sin embargo existe un punto en la historia en la que esta técnica evolucionó hacia una tecnología, donde el conjunto de procedimientos pasa a ser conjunto de los conocimientospropios de un oficio, añadiéndose un grado superior a la enseñanza técnica, lade los ingenieros y especialistas. Éstos se basan en el entendimiento, en llegar a saber por medio de la inteligencia y el ingenio la naturaleza de una cosa,lo que remite a la epistemología como estudio del conocimiento científico, ligada a ese grado “superior” de enseñanza técnica. Así, en esta división entre aquellos que operaban con la técnica de manera directa y los que aplican los conocimientos derivados de estas operaciones para un supuesto perfeccionamiento de la misma, se observa una evolución hacia una tecnologización coincidente con la superioridad del “logos” y el “technos” mencionados por Moraza. En lo que atañe al arte, esta tecnologización llevaría a una deriva desde la creación, la acción y la ejecución, al puro conocimiento, a la inmaterialidad y al ablandamiento (en referencia a las tecnologías blandas cuyo objeto es inmaterial), propio de un trabajo en la línea del capitalismo cognitivo.
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Artículo extraído de AUSART 4 (2016), pp. 195-204
Artículo completo: http://www.ehu.eus/ojs/index.php/ausart/article/view/17105/15313