Lewis Mumford ha reconstruido con admirable erudición los pasos que la Técnica en sus derivaciones varias ha dado a la hora de definir la complejidad de las diferentes civilizaciones.
Un viaje en el que se se van configurando experiencias y saberes que se concretan en aquellas nuevas formas de hacer que deciden las formas mismas de la cultura. Richard Sennett, tan cercano a Mumford, describía como una historia privada los pasos que recorren con extrema eficacia las manos del artesano, verdadero mediador y lugar privilegiado de saberes y prácticas. Podríamos así proponer una historia que tuviera como foco esta historia material de procesos y aplicaciones que precipitaron la historia de los diferentes saberes. Roland Barthes en Le degré zéro de l’écriture anotaba como en las planches de l’Enciclopédie comienzan a aparecer aquellas manos que en las más variadas posiciones iban sustituyendo a los ángeles barrocos que protegían los cielos del mundo para dar paso a un nuevo hacer donde saberes técnicas viajaban juntos en la construcción del mundo.